Investigadores de la Universidad Estatal de Oregón han determinado que la colestiramina, un secuestrante de los ácidos biliares, mejora algunos parámetros metabólicos en un modelo de obesidad y promueve la diversidad del microbioma intestinal.
Estel tratamiento restauró la diversidad de 14 taxones a niveles similares a los de ratones alimentados con una dieta normal, por lo que los científicos han establecido una correlación entre metabolismo y microbiota, al demostrar que las bacterias Muribaculum intestinale y Acetatifactor muris median algunos de los efectos metabólicos del fármaco.
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